¡Buenos días!
Ses Milanes se despiertan temprano y lo primero que hacen es mirar por la ventana; ¿hace sol? o ¿está lloviendo?. Preparan todo su equipo de bosque: la merienda, la botella de agua, la ropa de recambio, etc.
A las ocho menos cuarto empiezan a llegar las primeras Milanes al punto de encuentro; el parque des Garrigó. Allí saludan a las acompañantes mientras la energía de algunas se va contagiado a las que aún están medio dormidas.
Hacia las nueve y cuarto se despiden de las familias y se adentran en el bosque. Buscan el mejor lugar para poner la tela; si hace frío la sitúan en un lugar soleado, si por el contrario les acompañan días de calor, la colocan en un lugar más fresco. La tela indica el comienzo a una nueva jornada en el bosque llena de posibilidades.
Una vez puesta la tela, lo primero es dar los buenos días al resto de Ses Milanes. La canción les hace protagonistas del grupo por un momento, y así nombre tras nombre se saludan a todas y todos.
Los pájaros ya hace rato que esperan el momento de la primera merienda. Observan como algunas de las Milanes comparten la comida que han preparado en casa con tanta atención y delicadeza.
Una vez han recogido y guardado su comida, empieza la aventura. La mañana transcurre según el ritmo de los niños y niñas. El juego libre y espontáneo arrastra a descubrir nuevos mundos y nuevos caminos que explorar.
En Ses Milanes se puede pasar de la observación y el reconocimiento de la flora y fauna, a las matemáticas y geometría de las formas; de la construcción y la escritura, a moldear barro o a trepar árboles; de inventar y crear historias fantásticas, a viajar con las alas de la imaginación; de sorprendernos con los colores de las hojas, a dejarnos llevar por el perfume de una flor.
Alrededor de las doce del mediodía se les invita a la segunda merienda. Las Milanes pueden comer cuando lo necesiten pero, este momento es también un momento importante para hacer un pequeño descanso después de la intensa mañana. Después de comer, aún habrá tiempo para mirar, leer o explicar algún cuento o seguir un poco con el juego libre.
A la una y media empiezan a recoger la tela. Eso indica que la mañana está a punto de terminar. Pero antes de irse hacen un pequeño ritual con canciones, danzas o cuentos. Hay días que deciden hacer asamblea (también conocido como círculo de la palabra) donde pueden expresar lo vivido en la mañana, lo que sienten o algo que quieran compartir.
Y entonces sí, un «¡Adiós bosque, hasta mañana, gracias por este día!» resuena entre las copas de los árboles de Sa Comuna.
Finalmente las Milanes dirigen sus pasos al parque des Garrigó. Allí, algunas de las familias ya los esperan, otras no tardaran en llegar. Podrán aprovechar el rato, jugando en los columpios y el tobogán, antes de despedirse. ¡Hasta mañana!